El crimen perfecto

¡@

¡@

¤Ñ¦çµLÁ_ªº¸o¦æ

       ¡XCreí haber cometido el crimen perfecto. Perfecto el plan, perfecta su ejecución. Y para que nunca se encontrara el ca­dáver lo escondí donde a nadie se le ocurriría buscarlo: en un cementerio. Yo sabía que el convento de Santa Eulalia estaba desierto desde hacía años y que ya no había monjitas que enterrasen a monjitas en su cementerio. Cementerio blanco, bonito, hasta alegre con sus cipreses y paraísos a orillas del río. Las lápidas, todas iguales y ordenadas como canteros de jardín alrededor de una hermosa imagen de Jesucristo, lucían como si las mismas muertas se encargasen de mantenerlas lim­pias. Mi error: olvidé que mi víctima había sido un furibundo ateo. Horrorizadas por el compañero de sepulcro que les acosté al lado, esa noche las muertas decidieron mudarse: cruzaron a nado el río llevándose consigo las lápidas y arreglaron el ce­menterio en la otra orilla, con Jesucristo y todo. Al día siguien­te los viajeros que iban por lancha al pueblo de Fray Bizco vieron a su derecha el cementerio que siempre habían visto a su izquierda. Por un instante se les confundieron las manos y creyeron que estaban navegando en dirección contraria, como si volvieran de Fray Bizco, pero en seguida advirtieron que se trataba de una mudanza y dieron parte a las autoridades. Unos policías fueron a inspeccionar el sitio que antes ocupaba el cementerio y, cavando donde la tierra parecía recién removida, sacaron el cadáver (por eso, a la noche, las almas en pena de las monjitas volvieron muy aliviadas, con el cementerio a cues­tas) y de investigación en investigación... ¡bueno!... el resto ya lo sabe usted, señor Juez.

  §Ú¥H¬°§Ú·F¤F¤@¼Î¤Ñ¦çµLÁ_ªº¸o¦æ¡C©P¸Ôªº­pµe¡M¹Lµ{°®²b«W¸¨¡Mºw¤ô¤£º|¡C¬°½T«O«ÍÅé¥Ã»·¤£³Qµo²{¡M§Ú§â¥¦Âæb¤@³B¥ô½Ö¤]¤£·|·Q¨ìªº¦a¤è¡R¹Ó¶é¡C§Úª¾¹D¸t¤k·R¯Q©ÔÄR¶®­×°|¦h¦~¨Ó¤@ª½¯îµL¤H·Ï¡Mº¸«á¹L¥@ªº­×¤k¤]¨S¦³®I¸®¦b­×°|ªº¹Ó¶éùØ¡C¥Õ¦â«ÕÀRªº¹Ó¶é¡M¨Ì³Ä¼ë¼ë¤ô¬y¡M«C»Aªº¬f¾ðÀô¶¡M§Ï©»¤Ñ°ó´N¦b²´«eªºª^³ò¡M¬Æ¦ÜÅý¤Hı±o¬O¤@®y³ß®®¬v·¸ªº¹Ó¶é¡C¤@¶ô¶ô¦P¤@³W®æªº¹Ó¸O¦³±ø¤£¯¿¦a¾ã»ô±Æ¦C¡MµS¦p¥Û¬äªá¶é¡M¨å¶®ªº­C¿q¸t¹³±¾¦b¤@®Ç¡C¹Ó¸OÁÙ·|°{°{µo«G¡M¦n¹³¨º¨Ç¤w³uªº­×¤k±Mªù­t³d¹Ó¶éªº²M¼ä¤u§@¦üªº¡C§Ú¥Çªº¿ù»~¬O¡M§Ú§Ñ¤F³Q®`¤H¬O¤@­Ó·¥ºÝ¿E¶iªºµL¯«½×ªÌ¡M«oµw³Q§Ú®I¸®¦b³o¶ô¸t¦aùØ¡C­×¤k­ÌµS®£³o­Ó·s¾F©~ªº«IÂZ»PÁ¶Âp¡M·í©]¨M©w¾E²¾¡M¦o­Ì­IµÛ¦Û¤vªº¹Ó¸O©M­C¿q¸t¹³ªs¤ô¹Lªe¡M¦bªeªº¹ï©¤¾ã²z¥X¤@¤ù²M²bªº¹Ó¶é´Ï®§¡C²Ý¤é¡M´ç²î«e©¹¡u±×µø§ø¡vªº®È¤Hµo²{¥H©¹¦b¥k©¤ªº¹Ó¶é«ç»ò¬ðµMÅܨ쥪©¤¥h¤F¡M¹y®ÉÁÙ¥H¬°¦E¿ù¤è¦V¡M±q¡u±×µø§ø¡v¥´¹D¦^©²©O!µM¦Ó¤£µy®É¥L­Ì«Kµo²{¬O¹Ó¶é²¾¦ì¤F¡MÀH§Y±N¦¹¨Æ§iª¾¤W¯Å¦³Ãö³æ¦ì¡CÀ˽Õĵ¬F¾÷Ãö¥ß¨è°»¬d¦¹¨Æ¡M¦Ü­ì¦a·j´M½u¯Á¡M«õ±¸¨º¤£¤[«e¤~ÃP¤g¹Lªº¹Ó¦a¡Mµ²ªG·N¥~«õ¥X¤F¨º¨ã«ÍÅé¡]¦]¦¹¡M¶X©]¹õ§C««®É¡M¨º¨Ç¹¡¨ü§é¿iªº­×¤k«Õ»î¦A«×¦ªµÛ¹Ó¸O¡MªY¼¢¦a¦^¨ì­ì¨Óªº®a¡^¡Mĵ§½Áæ¦Ó¤£±Ë¦aÄ~Äò°»¹î°lÂÜ¡K¡K¡Q¦n°Õ!®x¤W¡M¦Ü©ó¨ä¥Lªº²Ó¸`±z³£¤w¸gª¾¹D¤F¡C

¡@

(¥Zµn<<Áp¦X°Æ¥Z>>1997¦~1¤ë13¤é)